“Tanto si crees que puedes, como si no, estás en lo cierto” decía Henry Ford y el Efecto Pigmalión.
El efecto Pigmalión o teoría de la profecía autocumplida viene a decir que “Somos, lo que creemos que somos”, y tratándose de niños, lo que creen que son, es el reflejo de la información que reciben de las figuras líderes para ellos (padres, madres, maestros, abuelos, amigos…).
Todos los papás y mamás queremos hijos autónomos y seguros de sí mismos. Sin embargo, si observamos nuestro día a día, podemos darnos cuenta de la cantidad de ocasiones que perdemos para dotarles de esta autonomía y seguridad. Las prisas y nuestros propios temores, son, en ocasiones, muros insalvables para una correcta actuación.
¿Qué es el Efecto Pigmalión?
La imagen que los niños tienen de sí mismos, se va definiendo según lo que pensamos de ellos y de cómo se lo transmitimos.
Por lo tanto, si queremos niños seguros de sí mismos y con autonomía, queda claro nuestro objetivo como padres: hacerles creer que son capaces.
La mala noticia es que, al igual que el efecto Pigmalión tiene una vertiente positiva (Pigmalión positivo), también la tiene negativa (Pigmalión negativo o efecto Golem) y produce una disminución de la autoestima. Por lo tanto, hay que tener especial cuidado en qué y cómo se lo decimos a nuestros hijos.
Y es que nosotros podemos ser el efecto Pigmalión positivo para nuestros hijos, haciendo que reciban cada día, un mensaje positivo sobre sus cualidades.
Los niños necesitan seguridad, y para entrenarles esa seguridad, los papás podemos utilizar los siguientes consejos, según la psicóloga Patricia Ramírez:
- Transmite a tu hijo/a siempre amor incondicional (sobre todo, cuando peor resultado obtienen, pues es cuando más lo necesitan).
- Cuidado al corregir. El elogio, por mucho que nos han dicho, no debilita. Ojo! No se afianza el resultado, se afianza el proceso, acciones y valores que le han llevado a ese resultado.
- Más zanahoria y menos palo. Si continuamente, le estamos recriminando sus errores, le estamos diciendo. No, No, No. … debilitaremos su autoestima. Hay que prestar atención más a lo que tiene, que a lo que falta.
- No les privemos de su mayor tesoro: el error. Permite que se equivoque y refuerza su actitud de descubrimiento e iniciativa. El error forma parte del aprendizaje.
- Dile que confías en él. Sabemos que confías en él, pero díselo, verbalízalo.
Usando estos pequeños consejos día a día, iremos permitiendo a nuestros hijos crecer con seguridad y autoestima que, para empezar, no está nada mal.
Rafael Moreno Oliver
Educador infantil